Intereconomía y la conspiración sociata




Eduardo García Serrano, es usted un hijo de la gran puta. Y conste que todo esto viene provocado por usted mismo, por crear y participar en una televisión cada vez más repulsiva, cada vez más denigrante, y cada vez más zafia. Por colaborar en la descomposición de la que hasta no hace mucho era una profesión respetada y tenida en cuenta. Por insultar, sin mostrar reparo alguno, ni sentido común, ni tan siquiera buen gusto, y en público a la consejera de Sanidad de Cataluña.

Porque llamar zorra repugnante, guarra y puerca a alguien, queda muy feo, señor García. Feo de cojones, que para que usted me entienda procuraré escribir el resto de este artículo de una manera propia de un estibador de puerto. Y lo que a mí no me vale, es que cuando ve las orejas al lobo, haga como un infante en el patio del recreo y diga “lo retiro”. Si usted insulta, cargue con las consecuencias. Porque no fue un insulto propio de una discusión airada. Estaba usted rodeado de sus compañeros de programa, tan gilipollas (con perdón, lo retiro) como su persona, charlando, cuando se le plantea el tema, y sin vacilar ni por un momento dice, “esa es una guarra y una puerca”. Y, ni siquiera es la primera vez que lo hace. Ya anteriormente faltó al respeto a Pedro Zerolo llamándole maricón, y llamando "maricona vieja" a Antonio Gala.

Y no se equivoque, que me alegro y aplaudo (plas, plas) su valentía para envainársela en público, en el mismo programa en el que usted hizo tan deleznable acción. Pero no me vale (a mí, a la Consejera de Sanidad de Cataluña quizás si) que, escudándote en tu condición de católico y periodista. Porque yo, que mis estudios son un bachillerato de ciencias naturales, y que soy agnóstico por convicción, no voy faltando al respeto, a gente como usted, fascistas retraídos y anhelantes de una nueva dictadura, en la que todos los acomodados neoconservadores pudierais pillar carnaza de nuevo. Aunque perfectamente podría ciscarme en los putos muertos de todo aquel hijo de la grandísima puta que pertenezca o tenga relación con el grupo mediático de Intereconomía.

Pero claro, cuando uno le ve los cojones al toro, y nota como el esfínter se le relaja en exceso, debe tratar de apretar el culo para que no le jodan el reverso tenebroso. Y un maricón, según usted, de esos que tanto abundan en este país, podría disfrutar mientras le sodomiza, y por ahí si que ya no pasa, ¿verdad?. Que para hombre apuesto y viril ya esta Don Eduardo García Serrano, azotador de maricones y mujeres. Que no deja de ser llamativo que se acuerde de su catolicismo para pedir perdón, pero no cuando está regurgitando sus retahílas de faltas de respeto, se olvide hasta de Judas Tadeo.

Pero ojo, que no acaba ahí la cosa, porque ahora es Intereconomía acusa al Gobierno de Cataluña y a los medios afines al Gobierno de preparar un boicot contra Intereconomía. Es decir, que nosotros vejamos, insultamos, mentimos y exageramos lo que queremos, pero que los demas no digan nada de nosotros, que no es justo. Esa maldita costumbre española de ser el perro del Hortelano, pero a la inversa. Jodemos, pero no dejamos joder. Por no hablar de esa costumbre tan castiza como es echar la culpa a los demás. Si, al final, Intereconomía son los auténticos españoles, y los demás andorranos. Y yo, la verdad, viendo el percal, me declaro desde hoy ciudadano saharahui.


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