Nacido en la ciudad con el equipo de equipación más fea del Calcio italiano, Lecce, situada en el tacón de la bota, Marco Materazzi, also known as Matrix, ha sido y es el defensa central más polémico del mundo del fútbol. Su aspecto de mafioso, con sus 25 tatuajes (superando al mismísimo David Beckham), su contundencia y en ocasiones agresividad, propias del propio Bill "El Carnicero", le han convertido en un mito, al igual que sucedió con Vinnie Jones.
Cuatro Scudettos, tres Copas de Italia, tres Supercopas de Italia, un Mundial y una Champions League le valen para entrar en ese club de los grandes defensas italianos contemporáneos, junto con Nesta, Cannavaro, Costacurta, y Panucci. Titular en el Inter y en la selección italiana durante años, Marco ha sido ese tipo de centrales poco estilosos, encargados de la función básica del defensa: parar el ataque rival. Nada de tener visión de juego, nada de subidas al ataque como las que hace su ahora compañero Lucio. Cortar el balón, y pase al hombre mas cercano. Pese a todo, su gran golpeo desde el punto de penalty y su capacidad para el remate de cabeza, le sirvieron para marcar 12 goles durante la campaña 2000/2001 en el Perugia, lo cual es un récord.
Tras este memorable año para los neroazzurros, con la Liga, la Copa y la Champions en el bolsillo, de manos del afamado por unos, difamado por otros Mourinho, Matrix le confesó al técnico portugués que se iba a retirar, porque "Ya no podría ser entrenado por otro", lo cual, aparte de ser mas cursi que la película de Sonrisas y Lágrimas, es toda una declaración de intenciones y una clara muestra de como es Materazzi. Porque, para qué negarlo, todos le pusimos la etiqueta de jugador detestable, cabrón insensible, y marrullero tras la final del Mundial de Alemania en 2006, cuando provocó a la gran estrella del fútbol de los últimos 10 años, Zinedine (esperen que me pongo de pie) Zidane. Medio mundo se echó sobre el italiano, acusándolo de haber provocado un final de carrera para Zizou indigno. Y tienen razón. Pero nadie dijo nada cuando el propio Materazzi lo explicó, y reconoció que le insultó. Resulta, que tras una jugada en la que Matrix agarró a Zidane de la camiseta, el francés le dijo que si quería su camiseta, se esperase a que terminase el partido, a lo que Marco, presa de la tensión del momento, le escupió con toda su mala baba italiana "Prefiero a la zorra de tu hermana". Y ahí fue donde Zizou se dió media vuelta, y de un cabezazo en el pecho, derribó a Materazzi, ante la incredulidad de todo el mundo, y provocando un final gris a una carrera de un jugador sobresaliente.
Nadie hablo de la nobleza de reconocer semejante acto. Incluso se le acusó de haber llamado a Zidane "argelino terrorista de mierda". Y sin embargo parece que nadie se ha sorprendido ante las declaraciones de Marco Materazzi. Yo no sé a ciencia cierta si seguirá jugando, o era sólo un arrebato romántico el que tuvo en el Bernabéu tras la final de Champions. Pero yo sé que echaré de menos a este villano del fútbol, como aún echo de menos a Pablo Alfaro, a Hierro, a Nadal, a Goikoetxea, y a tantos otros jugadores que luchaban como locos por evitar un gol. Porque, por muy mala fama que tenga, Matrix ha demostrado ser un hombre de club, y eso es, a fin de cuentas, lo que le hace a uno ser un grande.
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