Y si, me estoy refiriéndo a tí, momia caprichosa, empeñada en montarte en el autobús especial que la Consejería pone al servicio de los estudiantes de los institutos de Peñacastillo. Tú, que no te basta con colarte cual polizón medieval en las naves ajenas, sino que encima exiges, ocupas y protestas por un asiento, cuando ni tan siquiera se te debió permitir el acceso al autobús. No sólo empujas a los jóvenes, pidiendo paso cual cabestro desbocado, sino que encima, maldita arpía, ladras, gruñes y sueltas espumarajos por la boca cuando yo, ante el aplauso del resto de estudiantes que ya atiborramos el autobús, y cansados de ver cómo terminamos hacinados cual vagón de polacos camino de Auschwitz, decido poner fin a tus caprichos de un plumazo. "No me pienso mover, señora", es lo mas educado que consigo contestarla dada la hora a la que sucede todo esto. "¡Pero bueno! ¡Es que no tienes educación! Qué falta de respeto hacia los mayores... Hábrase visto, esta juventud...". Y no me moví.
Algún partidario de lo políticamente correcto y de agarrársela con papel de fumar me dirá que soy un maleducado, un desconsiderado, y algún cura trasnochado me advertiría de la dirección hacia el infierno que mi existencia está tomando merced a este acontecimiento. Y debo replicarles a todos ellos, que de mí no se ríe ni San Judas Tadeo. Y no pienso cederle mi sitio a quien no debiera estar en ese autobús. Lo cedo siempre si el autobús es uno corriente. De hecho, hace tiempo ya que ni siquiera pretendo sentarme, siempre voy de pie, que para eso tengo veintiún años, y mis piernas, de momento, funcionan bien. Pero que se aprovechen de su edad para hacer lo que se les antoje, por ahí no paso. Han convertido el sencillo acto de subirse al autobús en un maldito encierro de San Fermín, con todas las ancianas convertidas en Michael Johnson para llegar a los asientos antes que los demás. Y, para mí, eso es una falta de educación también.
Asi que desde aquí la digo, queridísima señora, que la próxima vez que la vea poniendo malas caras, y priotestando, la echaré del autobús con una patada giratoria, como Chuck Norris. Por hija de la gran puta, y aprovechada. Y ahora vaya a llamar a su nieto, y que venga a plantarme cara, si tiene huevos. Yo, mientras, le estaré esperando sentado en el bus.
4 comentarios:
Grande.
Pobre. Tú y los autobuses o los autobuses o tú. ¡Menuda odisea!
Esto que comentas es el pan de cada día. Yo también procuro ir de pie y soy de ceder el asiento, pero sí que hay mucho aprovechado, sí...
JAjajajajajajajajajajaja!!!! Ya me había extrañado no leer ninguna entrada al respecto en tu blog aún. Fabuloso!
Cierto es que yo siempre cedo el sitio, pero te miran con caras de "lo tenías qu ehaber hecho esde que entré al autobús" es asquerosamente real y asquerosamente asqueroso.
I (L) Taxis!!
Yo ya he pasado a la fase de, si puedo no subirme a un autobús en el que haya gente de pie, mejor xD
Me estan empezando a agobiar cosa mala los autobuses. Puedo ir en un autobús de pie sentada o haciendo el pino, pero desde luego que subirse a un autobús con la sensación de que te falta la música disco de fondo y las luces epilepticas... me lleva a, mejor no subo...
Asi que si subo a un bus es porque son las tantas de la noche y está vacio xD o porq en esa hora curiosamente está vacio o tengo dos o tres paradas que aguantar y llego extra tarde.
Respecto a la señora... creo que todos estamos de acuerdo en que cada vez se ponen mas pesados. Y que una cosa es que esté mal y pedirlo con modales (y mas si estas en el lugar adecuado) y otra cosa es que tenga mas cara que espalda y simplemente quiera sentarse cuando a lo mejor hay algun chavalote de 25 años o 30 (weno no tan chavalote xD ) q tiene la rodilla jodida o ha tenido un dia duro. ¬¬
Hoy no han dejado subir a ninguna. Y yo que me alegro.
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