Terrorismo de andar por casa

EE.UU. fuera de todas partes reza este cartel


Los Estados Unidos de América, país de libertadas, paladín del bienestar de Occidente, escudo protector de la civilización cristiana frente a los salvajes y temidos musulmanes. El Cid Campeador del siglo XX, y lo que llevamos del XXI. Capaces de capturar a un auténtico hijo de la gran puta como Saddam Hussein, de luchar contra los nazis para liberar a Europa de semejante carnicero, o de adentrarse en medio de una jungla del sudeste asiático por no se sabe muy bien porqué.

Capaces de ver la paja en el ojo ajeno, y obviar la viga en la propia. De recorrerse medio mundo, luchando contra los fundamentalistas islámicos en Irán, Iraq, Egipto, Libia, Pakistán o vaya usted a saber. El cuerpo de marines sigue recorriendo el mundo, tratando de ayudar. Entrometiéndose, muchas veces, en asuntos ajenos, pero que repercuten de manera indirecta en su economía (petróleo, básicamente).

La Constitución Americana es un tanto rarita, en comparación con otras constituciones occidentales. La 2ª enmienda, conocida por todo el mundo porque permite la tenencia de armas, ha sido siempre un foco de polémica y discusión, sobre todo tras sucesos como los ocurridos en el Instituto Columbine. La Primera Enmienda de la Constitución garantiza la libertad de culto, de expresión, de prensa, petición y reunión. Algo lógico desde un punto de vista liberal y democrático. Esto significa, por ejemplo, que cualquiera puede montar una manifestación por el motivo que sea, y en donde sea. 

Y ahí erradica el problema. Liz Taylor ha muerto estos días. La actriz fue una de las pioneras en la lucha contra el SIDA en los años 80, con su fundación. Sin embargo, la Iglesia Baptista de Westboro, comandada por la familia Phelps, tenía planes para cuando se celebrase el entierro. Pongo en conocimiento de los lectores, que la familia Phelps fue protagonista el otro día del capítulo de 'Salvados'. Aquí os dejo unos fragmentos del programa y el particular punto de esta de esta 'iglesia': 


Y claro, cuando uno ve cosas así, piensa... ¿De verdad es tan importante combatir contra los fundamentalistas islámicos, cuando en mi propia casa tengo a semejante banda de hijos de puta suelta? Recientemente, los Phelps han ganado una sentencia del Tribunal Constitucional que les permite el derecho a reunirse cuando y donde quieran, como establece la Primera Enmienda.Pero quizás no debería de permitirse cierto tipo de cosas. ¿Es lícito que por el bienestar de la Constitución, una banda de terroristas verbales pueda torpedear un funeral de soldados caídos en combate, o de una actriz cuyo único pecado fue ayudar a los enfermos de SIDA, impunemente?

¿Por qué Obama y su gobierno no busca soluciones a esta especie de sectas? Es mucho más peligroso Gadaffi, ahí estamos de acuerdo, pero, ¿deben dejar que en su propia casa cada uno haga lo que le apetezca, sin preocuparse por los demás? Quizás una reforma de la Primera Enmienda no les venía mal. Permitir la libertad de culto, de expresión, de prensa, petición y reunión sólo a aquellas personas que demuesten tener dos dedos de frente, así como regularizar y controlar el acceso a las Biblias. Una Biblia en malas manos puede destrozar muchas mas vidas que un arma. Pero con menos sangre. Terrorismo verbal e ideológico, de andar por casa. Mucho más defendible en un tribunal.

La libertad de uno empieza donde acaba la del otro, se ha dicho siempre en mi casa. Quizás por eso no somos un ejemplo de libertad, y ellos sí...

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