'Show business'




Todos habréis oído que un grupo de mineros se ha quedado atrapado a varios centenares de metros bajo suelo chileno, y que las labores de excavación para acudir a su rescate están trayendo muchos quebraderos de cabeza para las autoridades chilenas. Sin embargo, las empresas de publicidad ven ahí un filón. Como quien se aprovecha de una manifestación para hacer sus reivindicaciones personales, o quien usa un acontecimiento popular para darse notoriedad (todos tenemos en mente a los famosos streakers, conocidos por saltar a los terrenos de juego cbn el único afán de ser reconocidos después, o de hacer publicidad de alguna empresa). Y todos sabemos que en los negocios, como en el amor, todo vale.

Así pues, la empresa de lencería erótica Sexy Vapy, empresa chilena, y dispuesta a todo por convertir a todas las chilenas en catwoman, enfermeras y colegialas con coleta, se presenta en el 'show' que allí, en el campamento Esperanza hay formado, para promoción. Pero no sólo eso. Si no que además, han regalado conjuntos de lencería a las esposas de los mineros allí atrapados. Supongo que los mineros lo agradecerán, pero sin embargo, hay algo que no entiendo. Poniéndome en el lugar de una esposa que tiene a su marido atrapado a varios centenares de metros bajo el suelo, con posibilidades de que jamás salga de allí, ¿que cojones me importa que me regalen un conjunto de lencería? El que lo haya aceptado, ¿es porque la mujer no se preocupa porque está segura de que su marido saldrá con vida, y piensa darle lo suyo y lo de su primo cuando salga del agujero?, ¿o bien, acepta con estoicismo que su marido va a morir, y está buscandose alguna pareja para que cargue con ella, y la de compañía? Y lo que es más importante, ¿la dejaron elegir el disfraz? A ver si después de todas las molestias, no le va a gustar a su marido el conjunto...

Pero la publicidad no es la única aprovechada. La televisión, ese paradigma del buen periodismo, de la sensatez, la moral y el buen hacer, ha decidido que también ellos (que coño) se merecen sacar tajada de tan suculento filete. Y como buitres planean sobre los familiares de las víctimas, enganchando a los que se quedan solos e indefensos, aprovechando para conseguir la lágrima fácil y rentabilizar sus recursos. Y los familiares, de origen humilde (no creo que haya muchos mineros ricos) ven también la oportunidad de resarcirse y ganar algo de dinero pra el futuro. Y así es como se hacen reportajes como el que protagonizaban Elvira Valdivia y Scarlett Sepúlveda, mujer e hija del minero Mario Sepúlveda, y en el que las afectadísimas féminas acudían a un salón de belleza para peinarse, hacerse la manicura y la pedicura. Y volvemos a lo mismo. O te importa muy poco lo que le pueda pasar a tu marido, o tus ganas de dinero superan cualquier otro sentimiento. Que no me parece mal, pero luego que no echen la lágrimita y hablen de sufrimiento.

Que me parece estupendo que cada uno se gane las habichuelas como puede/sabe/quiere. Pero luego no quiero salidas de tono, como los famosillos pidiendo intimidad, y hablando unos días después en programas de corazón sobre sus intimidades y si la pica o no el chichi, ni supuestos héroes degradados a tertulianos, que protestan cuando les vienen mal dadas, y equilibran su pasada buena acción con una mala (¿verdad, Señor Neira?). Que aquí el que siembre vientos, recoge fajos de billetes, pero también tempestades. Espero que los mineros salgan ilesos, y espero y deseo que no digan una puta palabra a nadie. El que quiera saber qué se siente, que se entierre a propósito, y que lo conviertan en un 'reality show'.

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