Revilla y su star sytem




Hubo un tiempo en la que Cantabria disfrutaba de un pseudoanonimato. Esa situación en la que vienen turistas y veraneantes de las provincias colindantes, pero sin grandes aglomeraciones. Esa situación que servía para el escaso medio millón de habitantes que pueblan la región. Aún quedaban bonitos pueblos costeros sin masificar, donde los pastos, las frisonas, y los panojales dominaban todo el territorio que la vista podía alcanzar. Las carreteras, en muchas ocasiones, paupérrimas y en muy malas condiciones, favorecían el guardar ciertos rincones de Cantabria como un tesoro sólo para los elegidos. Sólo para los que vivíamos aquí. Y reconozco que tenía su encanto. Era como un asedio voluntario. Non pudet obsidione teneri, que dicen en la Eneida. Y no, no nos avergonzaba estar en asediados.

Sin embargo, hace 7 años, llega a la Presidencia del Gobierno de Cantabria Miguel Ángel Revilla, ese hombre. Accedió a la presidencia tras haber sido Consejero de Obras Públicas y Vicepresidente del Gobierno, sucediendo a José Joaquín Martínez Sieso, conservador discreto y el estereotipo de político serio y formal. Hacía su trabajo sin buscar focos, ni hacer declaraciones fuera de tono. Revilla da un vuelco a la situación, y comienza a ser habitual verle opinar sobre cualquier tema que se le plantee. La televisión, viendo que por fin un político cumple las expectativas y entra a los trapos que le echan, se le rifan para entrevistas y declaraciones. En ellas, Revilla, haciendo gala de su cantabricidad (permítanme el vocablo, gracias), y promocionando hasta la saciedad la gastronomía y las playas de la provincia. Hay quien está de acuerdo con su gestión y su manera de publicitar Cantabria, yo personalmente no. Me da vergüenza ajena cada vez que le veo en Buenafuente, o a partir de este año, que colaborará en el programa de Ana Rosa Quintana.

Vale que ceda el dinero recibido por ir al plató a obras benéficas, como la Cocina Económica de Torrelavega. Sólo faltaba que encima se embolsara el dinero para él. Lo que no me gusta es que esté más pendiente de la televisión que de su trabajo. Que no basta con pedir y ponerse pesado con el AVE para Cantabria (algo a todas luces inútil dadas las estructuras que tenemos, y la orografía de la región), y descuidar otras infraestructuras como la red de carreteras, como es el acceso de la nueva carretera que va desde  La Marga hasta La Albericia, en la actualidad inmovilizada, para mejorar la decimonónica red de ferrocarril de Cantabria.

Yo, llegados a este punto, y como cántabro de pro que soy, sólo espero que por una vez, sepa comportarse, no de muestras de aldeanismo (esto es: evite llevar las albarcas en público y deje de ofrecer anchoas y queso a todo el mundo) y se dedique a analizar la actualidad política nacional, que es para lo que le han fichado. Que sepa guardar los turnos, y, a poder ser, que no grite. Aunque esto último sé que es una quimera. Pero por pedir, que no quede.

1 comentario:

María Arce España dijo...

Una vez más y ya empieza a ser preocupante, no estoy deacuerdo contigo.

Cantabria era desconocida y comenzó a ser conocida desde que Revilla y Bustamante saltaron a la palestra (no me refiero con esto a santander ya que de ello se ha encargado Botín) la cuestión es que personalmente, me parece que este hombre ha cumplido sus objetivos, dar a conocer a Cantabria al resto de España, sea de la manera que sea y por supuesto de manera legal y loable.

Hace no mucho, en Pasword tenian que adivinar "Anchoa" y las pistas fueron catabria y manjar. Eso se lo debemos a él. como también le debemos la gran masificación de turismo que aunque a tí y a mí nos molesten y bien cierto que es, dejan en Cantabria las perras y eso querido amigo nos viene bien a todos.

Cuando va al congreso, posiblemente se rian mucho, pero no de él, sino con él, y lo que está muy claro es que le escuchan otra cosa es que no le hagan ni puto caso, pero es el presidente autonómico más escuchado.

En cuanto a su personalidad refleja perfectamente que es un tipo como cualquier otro, no tiene que transformarse como si tubiera un palo metido por el culo como la gran mayoría de los políticos alejados completamente de la personalidad de tipo cualquiera.

No está en el bando de los verduleros ni se da a conocer por algo vergonzoso para nosotros, no es Belén Esteban este si es un tipo de la calle como tu y como yo.