¿Capital de la Cultura?




Resulta que voy distraído caminando por una calle peatonal del centro de Santander, pensando en mis tonterías para escribir aquí, cuando de pronto, entre músicos callejeros y hombres estatuas, y niños con bicicletas, y abuelos paseando agarrados a sus mujeres, me topo con algo inusual. Un hombre, posiblemente rumano, pero es una suposición por su acento, pinta con tizas de colores sobre las baldosas del suelo, una versión colorida del Guernica de Picasso. A escala, eso si, pero con todo lujo de detalles, con bonitos perfilados, colores pastel, y sombras muy bien matizadas. La gente se arremolina a su alrededor para admirar semejante obra maestra, e incluso algún que otro transeúnte echa alguna moneda en su gorra.

En ese bonito momento de concordia y paz, aparecen dos hombres de la policía local. El pobre pintor, a todas luces ante la falta de permisos, y viendo la actitud chulesca y desafiante de los dos agentes, no puede sino echar a correr, dejando atrás su arte, sus pinturas, y, lo que es peor, su humilde recolección y reconocimiento de su trabajo. Y debo reconocer que me toca los cojones. Porque entendería que fuesen a joder a alguien que estuviera vendiendo algo. Pero ese pobre hombre, solo ofrecía su talento hacia el que quisiera. Usando una zona pública, de acuerdo, pero sin estropearla, ni mucho menos. Que estamos hablando de tiza, que con el promedio de lluvias en esta ciudad, y el tránsito de gente, dudo que durase apenas 3 días.

Ya me he declarado alguna que otra vez seguidor del arte urbano. Me fascina el trabajo de Banksy, de Okuda, de Suso33, e, incluso, trabajos de publicidad de ciertas empresas, como esta, esta, o esta otra. Me parece una forma de arte tan válida como puede ser la de exponer un cuadro en una galería, pero menos expuesta a snobs, y enterados. Sin embargo, siempre están nuestros amados jefes del orden, para intentar que toda la ciudad no sea mas que un conjunto gris de hormigón por donde todos discurramos como hormigas sin mirar alrededor, atentos sólamente a nuestro destino. Porque no creo que nadie protestase porque en la calle se estuviera pintando una obra de arte, para intentar enriquecer la vida del prójimo aunque sea una pizca. 

Pero no. El tener un filtro no va con ellos. Da lo mismo un niñato que vaya ensuciando paredes con su spray escribiendo con faltas de ortografía, a un pobre hombre, sin mas en la vida que una caja de ceras, que pretende hacer más bonita una calle, poniéndonos algo propio de nuestra cultura al alcance, para que podamos admirar su belleza. Pero no, mejor echarle, y dejar que todas las seguidoras de Rafa Mora y su puta madre pasen por allí y digan: ¡Ay! Que chuli, si es el El Grito, de Pablo Neruda...

Sigamos poniendo banderitas de países europeos por toda la ciudad, que eso es supercultural, y demuestra el talante conciliador y supercomprometido de esta ciudad. Pero sigamos jodiendo a todo aquél que pretende enriquecernos con un poco de cultura, y/o de arte. Y que viva la cultura.

2 comentarios:

Pau dijo...

Si no produce dinero para el estado (o para cuatro mamones) no es cultura, está claro. Y de la libertad de expresión ya ni hablo, no sea que llamen a mi puerta 2 pitufos que no tienen más ocupación que la de joder al prójimo.

María Arce España dijo...

No puedo estar mas deacuerdo contigo, joder, esta vez me has llegado muy adentro siempre que paso y le veo pintando una y otra vez el mismo cuadro me maravillo. Es que parece que lo calca no es nada facil hacer eso. Recuerdo que mi abuela tenía una reproducción del cuadro en su casa y me encantaba de equeña no sabía bien lo que era y trataba de descifrarlo, con los años me gustó la pintura, bien lo sabes, y empecé a pintar y estudié arte en el kostka y me fascinó.

Si lo que cuentas es cierto no me hubiese importado decirles 2 cosas a esos picoletos, como por ejemplo donde se meten los fines de semana por las noches.