¡Nos mudamos!

Este blog cambia su dirección y dominio, para alojarse en una red de mayor comodidad y compatibilidad. La nueva dirección será esta:

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Poco a poco, espero ir rellenando el blog con contenidos interesantes, por ahora está casi virgen. Tened paciencia.

La Justicia, esa ironía...

Las cosas están muy jodidas en este país. Eso es innegable. Situación laboral paupérrima, situación política deleznable y una situación económica inestable. O estable, dentro de lo catastrófica, vaya. Lo cual no es consuelo de nada. Como resultado de esta ecuación de problemas, miles de personas ven la barrera del fin de mes a una distancia insalvable, teniendo que recurrir a las cocinas económicas, eufemismo para indicar 'comedores para pobres'. Comiéndose de paso, ademas del rancho que te dan, sus orgullo y su dignidad ante los demás.

Pocas salidas existen a esta situación. Un golpe de suerte con la Primitiva, un fortuito enamoramiento con una vieja rica que tenga ganas de hacer una obra de caridad... O aprovecharse del Estado, por una vez, y sacar provecho. Eso debió de pensar el hombre de 43 años de Alicante, que para poder sobrevivir ya que sólo disponía de 15 euros, estaba en paro y no tenía casa, pero sí ingenio, decidió quemar dos cajeros automáticos, y confesarlo a la Policía, para ingresar en prisión. Comida y alojamiento a cargo del Ministerio de Justicia. Una buena salida.

Si a esto le añadimos que el paisano tiene antecedentes penales, blanco y en botella. Además, a nadie se le escapa que las cárceles españolas tampoco son Guantánamo. Que se lo pregunten a Mario Conde qué tal estaba viendo la tele en su celda tumbado en la cama. Aquí no se llevan monos naranjas, ni hay sillas eléctricas. Ni alcaides malvados como en 'La Naranja Mecánica'. La verdad es que planteándose ciertas cosas desde la distancia, casi es más una salida de futuro que una condena el ingreso en prisión. Así que eso hizo este hombre. Saltarse la ley, sabiendo que sería castigado, para poder sobrevivir.

Pero como siempre, las cosas a la gente necesitada le salen mal. Ya sabeis, eso del circo y los enanos. Y la alegría en casa del pobre. Tras acudir a la comisaria más cercana a denunciar y confesar su delito, el hombre fue puesto en libertad, con cargos, y con los 15 euros aún en el bolsillo. Y con las mismas preguntas. ¿Dónde coño duermo yo ahora? Y es que la Justicia nunca es justa. Ni para bien, ni para mal.

Acampa como puedas

Plaza del Sol de Madrid. Foto del martes.

Este año empiezo a estudiar todos los días y así no me pego la pechada la última semana. No se si os sonará la frase, pero a mí sí. Todos los años, tanto en septiembre al empezar, como en enero al empezar el año, repito lo mismo, tratandome de engañarme, a ver si por una de esas me convenzo de que soy capaz. Y todo funciona el primer día, y el segundo, hasta que al tercer día descubres el fascinante mundo del mecanismo de un boligrafo con muelle. Y ahí se va todo a la mierda.

Están las cosas turbias en la calle, no sé si habrán oído o visto algo. Por si alguien vive en un zulo y sólo sale de el para airearlo una vez al mes, le comento. Que por fin, tras unos cuantos años de gestión pésima, la juventud de este país se ha decidido a manifestarse contra la clase política. Acampadas en plazas en todas las ciudades del país dan buena muestra del descontento y la indignacion de la sociedad para con la clase dirigente. No me parece mal. Yo soy más perroflauta, izquierdista y revolucionario que cualquiera de esos que está allí, pero tengo un problema. No he acabado de entender qué pretenden con la protesta. Si es que pretenden algo. Que a lo mejor es un grito de rabia para desahogarse y ya está.O quizás sigan el manifiesto que escribió Hessel llamado 'Indignaos'

 

La verdad es que me satisface ver que hay más motivos para protestar en este país que el fútbol. Aunque no haya mucha seguridad sobre qué hacer después de la protesta. Algo es algo. Este país llevaba tiempo necesitando una revuelta, un zarandeo a la clase política, apoltronada, adormecida al calor de la estufa mediática de cada ramo. Parece que lo están teniendo. O lo tendrían si se le diera la cobertura que se merece un movimiento social de tal magnitud. Tras 8 años pidiendo la dimisión de Zapatero, toda la selecta troupè neoconservadora (y algo retrógrada) de cadenas como Intereconomía, Veo7, Libertad Digital o TeleMadrid, seguidores de Mourinho a pies juntillas, por lo visto, comienzan a aficionarse también a las teorías conspiratorias. Y resulta que esta movida es una campaña orquestada por Rubalcaba, para conseguir desacreditar a la derecha y así evitar que el PP gobierne. No seré yo quien contradiga a gente como Miguel Ángel Rodríguez o el director de 'La Gaceta', pero yo no me imagino a Rubalcaba con un megáfono y el pelo lleno de rastas, dirigiendo a las masas de la Plaza del Sol de Madrid, arengando a la gente, cual agitador revoltoso y algo perroflauta. 

Lo que me extraña es que con lo que les gusta darle al coco a la prensa derechista y con tirantes de este país, aún no hayan relacionado la cantidad de gente durmiendo en la calle sin hacer nada, con el índice de paro de este país, pero no seré yo quien lance la primera piedra, que luego soy yo el reaccionario y el hijo de puta, y me mandan emails amenazantes.

Yo me atrevo a romper una lanza por esta gente acampada en la calle. Al menos tienen un motivo razonable para protestar. Pero creo que lo que digo en el párrafo tiene mucho que ver. No se puede dejar todo para última hora, porque al final el exámen no sale bien. Y 4 años de legislatura es mucho para querer cambiarlo en una semana, sin un plan específico. Creo que se debería de haber reaccionado mucho antes, pero bueno. Esto es España. Bastante contentos debemos estar con que se haya reaccionado. Lo próximo, quizás sea ver una dimisión por vergüenza propia de alguno de esos miserables políticos que se encuentran siendo investigados por malversación de fondos, y que tienen los huevos como el caballo de Espartero, y se vuelven a presentar a las listas. Aunque claro, si al final, le volverán a votar, y tendremos lo que nos merecemos.

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