15 años después.

El fútbol, con el paso del tiempo, se ha ido convirtiendo en más que un deporte, en un negocio para algunos ases de la economía y la política, y una religión para los demás seguidores de tan digno otrora depote, acutalmente circo mediático. Un partido de fútbol es capaz de mover masas mas de 500 kilómetros para disfrutar o sufrir con tu equipo, durante 90 minutos, en día laborable. De hacerte reír, llorar, sufrir, y emocionarte. Hace años, ya, que el fútbol va perdiendo parte de su magia, de la garra que antaño poseían los jugadores, para transformar esa fuerza física, en cuerpos esculpidos y diseñados para convertir el césped de los estadios en pasarelas de moda cada fin de semana.

Y, quizás por estas cosas, pocas esperanzas albergua el que escribe esto de que su humilde equipo, consiga pasar a la final de la Copa del Rey. Porque ha habido remontadas épicas en años pasados, donde el coraje propio de los jugadores del norte era capaz de doblegar a los dragones que intentaban detenerlos disfrazados con los colores y la calidad de los grandes de este país. Luchas a mandoble contra las ráfagas de fútbol pretencioso y técnico de equipos como el Barcelona del Dream Team, o el Madrid de los Galácticos, hacían a una ciudad entera soñar durante una semana, y sentirse el centro del universo futbolístico. No obstante, esos días fueron pasto de los beneficios y millones de los grandes.

Remontar 4 goles jamás fue una empresa fácil. Pero, por otro lado, el 11 de febrero del año 1995 está en la memoria de todos los cántabros. Ese día, un humilde Racing, capitaneado por el ilustre Quique Setién provocaba la hecatombe en el Dream Team, endosando una manita al campeón, con goles de Esteban Torre, Quique Setién, Merino, y Radchenko (2) que, sin que sirva de precedente, consiguió ser portada en Marca. Curiosamente. 15 años después, en Racing de Santander debe conseguir el mismo resultado ante un equipo mucho mas irregular, e infinitamente peor en lo que a calidad se refiere. No obstante, la ilusión de todos los verdiblancos ha sido disipada de un plumazo, por el infame partido que realizaron el pasado día 4 de febrero, delante de los 300 racinguistas desplazados a Madrid un día laborable. ¿Será el Racing capaz de marcar, por lo menos 4 goles a un Atlético de Madrid que vendrá a cerrarse atrás, y mantener la ventaja? Yo no lo creo.

El partido será una búsqueda del Grial en un Sardinero que aún está por ver cómo responde a un partido con semejante lastre. Intentar pasar a la final de Copa del Rey tendrá la misma dificultad que alcanzar el final del arco iris y llevarte la olla llenas de monedas de oro. Pero, por otro lado, cosas mas raras he visto (1 y 2).