Lirica Pirrica I





Dibújame un poema, dijo ella, cómplice,
y era tal esa mirada, que revolvió mi plenitud.
y pese a que del revés estaba, busqué con aptitud,
ese escalofrío que resolviese mi óbice.

Que quizás no lo merezcas ni un ápice,
pero no soy más necio, y lo sé con certitud,
pues no peco de rencor ni de acritud,
y por ello te dedico este humilde códice.

Que si yo soy quien tus manos roza,
y tus labios quien el rizo quieren rizar,
simplemente lee, disfruta y goza.

¡Que simple el escribir y poetizar,
cuando mis delirios solos se esbozan,
y no tengo mas que teorizar!







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